El Movimiento Nueva Izquierda de Ayacucho, ante los luctuosos sucesos acaecidos el día martes 19, en la que dos hermanos campesinos inmolaron sus vidas y fueron víctimas de las balas asesinas del régimen de Alan García; nos dirigimos ante la opinión pública regional, para manifestar los siguientes:
1. El Gobierno de Alan García Pérez, en el afán de cumplir fielmente con los dictados del gran imperio norteamericano, ha firmado el TLC y para instrumentar su sometimiento pretende dictar leyes que atenta a la dignidad y la soberanía del país, leyes como del antipatrimonio, “la Ley de la selva”, la Ley de Aguas, el tercio superior, etc.; y para asegurar su implementació n, a través de la represión y no del diálogo dicta normas como el Decreto Legislativo 982, que modifica el articulo 20 del Código Penal y declara inimputable a los miembros del ejercito y policía que causen lesiones o muerte “disque” en el “cumplimiento de su deber”, dando facultad al uso irresponsable de sus armas. Esta norma tiene sus primeras víctimas en el país: José Roca Rojas en Barranca, Santiago Lloque en Arequipa y nuestros hermanos campesinos ayacuchanos Rubén Pariona Camposano y Emiliano García Mendoza.
2. La jornada de lucha de los trabajadores del campo agrupados en la Federación nacional de Regantes y la Junta de Regantes de Ayacucho (JUDRA), por su justeza ha tenido respaldo de las principales organizaciones nacionales como la CGTP, la CNA, la CCP y la Coordinadora Social y Política; porque se planteaba cosas concretas como: 1) Definición de una política agraria y protección del agro peruano frente al TLC con EEUU; 2) Vigencia de la actual Ley de Aguas que pretendía ser modificada por una propuesta privatista del agua; 3) Plena vigencia de los derechos de las comunidades campesinas y amazónicas ante la pretensión de subastar las tierras; 4) Declarar en emergencia el agro; 5) la reconversión y modernización del agro con programas de riego tecnificado, financiamiento del gobierno, investigación agraria y capacitación.
3. Nuestra condena al asesinato de los hermanos campesinos Rubén Pariona Camposano y Emiliano García Mendoza, quienes fueron disparados a quemarropa directamente en la cabeza, por lo que demandamos ante las autoridades correspondientes la sanción ejemplar al policía que ha disparado, así como exigimos la renuncia inmediata del Ministro del interior Luis Alva Castro.
4. Hacemos público, nuestra solidaridad de clase con los hermanos campesinos agrupados en la Junta de Regantes de Ayacucho, al mismo tiempo saludamos la solidaridad de todas las organizaciones sindicales y populares de Ayacucho como la FEDETA, el FDPA, la FEDECMA, los Barrios y de los partidos políticos progresistas, democráticos y nacionalistas de Ayacucho y avancemos todos juntos hacia la conformación de una organización superior que conduzca la lucha del pueblo de Ayacucho.
¡¡¡¡ ASAMBLEA CONSTITUYENTE : NUEVA CONSTITUCION Y ABAJO LA CONSTITUCION DEL 93!!!
Post.Data: En el curso de hoy día, miércoles 20, en horas de la mañana fue asesinado un joven estudiante en la misma altura del lugar donde fueron muertos los hermanos campesinos, del mismo modo a esta hora (4.00pm) se han registrado el ingreso de 69 heridos de perdigones, balas y bombas lacrimógenas.
La Habana, 24 de Febrero de 2008
Discurso pronunciado por el presidente Raúl Castro Ruz, en las conclusiones de la sesión constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Palacio de las Convenciones, La Habana, 24 de febrero de 2008, “Año 50 de la Revolución”
Compañeras y compañeros:
Es claro el mandato del pueblo a esta Legislatura: continuar fortaleciendo la Revolución en un momento histórico que exige ser dialécticos y creadores, como nos alertó el compañero Fidel en su medular Reflexión del pasado 14 de enero.
Muchas expectativas se generaron, tanto en Cuba como en el extranjero, en torno a la integración del Consejo de Estado que acaba de elegir la Asamblea. La fundamental fue despejada por el compañero Fidel en su Mensaje del 18 de febrero. Poco puedo agregar a lo expresado por él, salvo reconocerle a nuestro pueblo, en nombre de la Dirección de la Revolución, las innumerables muestras de serenidad, madurez, confianza en sí mismo y la combinación de genuinos sentimientos de tristeza y firmeza revolucionaria.
Asumo la responsabilidad que se me encomienda con la convicción de que, como he afirmado muchas veces, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana es uno solo.
Fidel es Fidel, todos lo sabemos bien. Fidel es insustituible y el pueblo continuará su obra cuando ya no esté físicamente. Aunque siempre lo estarán sus ideas, que han hecho posible levantar el bastión de dignidad y justicia que nuestro país representa.
Sólo el Partido Comunista, garantía segura de la unidad de la nación cubana, puede ser digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder. Es la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado y así lo establece el Artículo 5 de nuestra Constitución, aprobada en referendo por exactamente el 97,7% de los votantes.
Esa convicción tendrá particular importancia cuando por ley natural de la vida, haya desaparecido la generación fundadora y forjadora de la Revolución.
Afortunadamente no es ese el momento que hoy vivimos. Fidel está ahí, como siempre, con la mente bien clara y la capacidad de análisis y previsión, más que intacta, fortalecida, ahora que puede dedicar al estudio y el análisis las incontables horas que antes empleaba en el enfrentamiento a los problemas cotidianos.
A pesar de la paulatina recuperación, sus condiciones físicas no le permitirían aquellas interminables jornadas, con frecuencia separadas por escasas horas de descanso, que caracterizaron su trabajo prácticamente desde que emprendió la lucha revolucionaria y aún con mayor intensidad durante estos largos años de período especial, en que no se permitió siquiera un solo día de vacaciones.
La decisión del compañero Fidel es una nueva contribución, con su ejemplo que lo enaltece, en aras de asegurar desde ahora la continuidad de la Revolución, consecuente en quien ha tenido siempre como guía el precepto martiano: “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.
Igualmente es inconmovible su decisión de continuar, mientras tenga fuerzas para hacerlo, aportando a la causa revolucionaria y a las ideas y propósitos más nobles de la humanidad.
Por tanto, seguro de expresar el sentir de nuestro pueblo, solicito a esta Asamblea, como órgano supremo del poder del Estado, que las decisiones de especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre todo las vinculadas a la defensa, la política exterior y el desarrollo socioeconómico del país, me permita continuar consultándolas al líder de la Revolución, el compañero Fidel Castro Ruz.
Por esta y otras muchas razones, en mis palabras de hoy citaré, no pocas veces, algunas de las ideas y conceptos esenciales expresados en sus Reflexiones, que aprovecho para decir que debemos estudiar, por sus enseñanzas y capacidad de previsión. Tener presente siempre algo que gustaba repetir Raúl Roa a sus íntimos: “Fidel oye la hierba crecer y ve lo que está pasando al doblar de la esquina”.
Compañeras y compañeros diputados:
Estoy consciente de la responsabilidad que entraña ante el pueblo la tarea que se me encarga, y a la vez convencido de contar, como hasta hoy, con el apoyo de quienes desempeñan responsabilidades de dirección a los diferentes niveles y más importante aún, con el de mis compatriotas, sin el cual no hay éxito posible en una sociedad como la nuestra.
La Asamblea, en plena concordancia con la opinión del Buró Político del Partido, eligió Primer Vicepresidente del Consejo de Estado al compañero José Ramón Machado Ventura y posteriormente aprobó su designación como Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.
Como expliqué en mi propuesta para dicho cargo, en las actuales circunstancias es conveniente que el mismo compañero desempeñe, como hasta ahora, estas dos importantes responsabilidades del Estado y el Gobierno.
No hay dudas de que Machado Ventura, por su trayectoria y convicciones revolucionarias, experiencia, preparación, cualidades como dirigente y ser humano, reúne los requisitos para desempeñar esos altos cargos.
Igualmente la Asamblea acordó, en cumplimiento de lo establecido en el Artículo 75 de la Constitución, considerar la composición del Gobierno en una futura sesión en el transcurso del presente año. Es una decisión oportuna, pues no se trata únicamente de nombramientos, sino de determinar qué cambios resulta necesario realizar en el sistema de organismos de la administración central del Estado, algo que requiere un poco más de tiempo.
En los primeros 15 años de la Revolución, se fueron ajustando desde la marcha las estructuras estatales heredadas del capitalismo para asumir las tareas que imponían los radicales cambios económicos, políticos y sociales.
El proceso de institucionalización de los años setenta, con sus imperfecciones, permitió estructurar un sistema coherente y ajustado a aquellas circunstancias, alcanzándose cierta equiparación con el de los países socialistas, incluidas las buenas y también las malas experiencias.
Por último, en 1994, en el momento más agudo del período especial, se hicieron considerables ajustes que conllevaron reducciones y fusiones de organismos, así como redistribución de las tareas de algunos de ellos. No obstante, fueron realizados con la premura impuesta por la necesidad de adecuarnos de manera rápida a un escenario radicalmente distinto, muy hostil y sumamente peligroso.
Desde entonces han transcurrido 14 años, en los cuales ha cambiado considerablemente el panorama nacional e internacional. Hoy se requiere una estructura más compacta y funcional, con menor número de organismos de la administración central del Estado y una mejor distribución de las funciones que cumplen.
Lo anterior permitirá reducir la enorme cantidad de reuniones, coordinaciones, permisos, conciliaciones, disposiciones, reglamentos, circulares, etcétera, etcétera. Contribuirá además a concentrar algunas actividades económicas decisivas hoy dispersas en varios organismos, y hacer un mejor empleo de los cuadros.
En resumen, tenemos que hacer más eficiente la gestión de nuestro Gobierno.
La Asamblea ha sido renovada en una mayor proporción que en la anterior Legislatura; el número de mujeres crece más de siete puntos porcentuales y ya se aproxima a la mitad de los diputados, algo más del 43%; aumentan de 23 a 36 los que tienen entre 18 y 30 años, o sea los más jóvenes, aunque también son más los que superan los sesenta.
Algo muy importante, crece el número de los vinculados directamente a la producción o los servicios, es decir, de los obreros, campesinos y otros trabajadores; también de los miembros de las instituciones armadas, los deportistas, artistas, escritores, periodistas y de otras profesiones, que unidos a los dirigentes estudiantiles y compañeros que se desempeñan en los consejos populares, constituyen más de la mitad de los diputados.
Datos como estos, junto a la simple relación de las tareas que cumplen cada uno de ustedes, desde dirigentes nacionales hasta jubilados y líderes religiosos, permiten afirmar que los aquí reunidos son una muestra en pequeña escala de la sociedad cubana.
Lo anterior constituye una premisa básica, pero no asegura por sí sola el cumplimiento de la misión del Parlamento. Se requiere además, y sobre todo, la actuación inteligente, organizada, creativa y enérgica de sus integrantes, en particular durante el trabajo de las comisiones, donde se dispone de más tiempo, pues al centrarse en determinados asuntos permite estudiarlos mejor y pueden intervenir más compañeros.
En la visita que hice en diciembre pasado al Distrito de Santiago de Cuba donde fue electo diputado el compañero Fidel, afirmé que el apoyo masivo a la Revolución exige cuestionarnos cuanto hacemos para mejorarlo.
Y añadí que si el pueblo está firmemente cohesionado en torno a un único partido, éste tiene que ser más democrático que ningún otro, y con él la sociedad en su conjunto, que desde luego, como toda obra humana, se puede perfeccionar, pero sin dudas es justa y en ella todos tienen oportunidad de expresar sus criterios, y más importante aún, de trabajar para hacer realidad lo que en cada caso acordemos.
No hay por qué temer a las discrepancias en una sociedad como la nuestra, en que por su esencia no existen contradicciones antagónicas, porque no lo son las clases sociales que la forman. Del intercambio profundo de opiniones divergentes salen las mejores soluciones, si es encauzado por propósitos sanos y el criterio se ejerce con responsabilidad.
Así ha actuado la inmensa mayoría de los cubanos, desde nuestros mejores científicos, intelectuales, obreros, campesinos y estudiantes, hasta la más sencilla ama de casa.
Todos ellos, en diferentes momentos de la Revolución, incluido el actual, han brindado una ejemplar demostración de madurez política y conciencia de la realidad, al valorar con objetividad tanto los asuntos de alcance estratégico como las dificultades de la vida cotidiana, y sobre todo crece la convicción de que la única fuente de riquezas de la sociedad está en el trabajo productivo, sobre todo cuando emplea con eficiencia los hombres y recursos.
Los agoreros internacionales de la muerte de la Revolución intentaron presentar a su favor las críticas surgidas durante el estudio y reflexión del discurso del 26 de julio en Camagüey, sin comprender que se trataba de un debate crítico dentro del socialismo. Así lo confirmaron con creces, pocos meses después, los resultados de nuestras elecciones, que concluyeron el pasado 20 de enero.
Es cierto que también hay personas que hablan antes de informarse; que demandan sin valorar si dicen algo racional o descabellado. Coinciden, como norma, con quienes reclaman derechos sin jamás mencionar deberes. Como dijo Fidel en su reflexión del 16 de enero: “esperan milagros de nuestra porfiada y digna Revolución”, concluyó.
No les negamos el derecho a expresarse, siempre que sea en el marco de la ley. Ante un planteamiento de ese tipo no podemos ser extremistas, pero tampoco ingenuos.
Cuando lo motiva el desespero ante una dificultad personal o es provocado por la falta de información, debemos ser pacientes y brindar los argumentos necesarios.
Pero si alguien lo que pretende es presionar con afán de protagonismo o animado por la ambición, la demagogia, el oportunismo, la simulación, la autosuficiencia u otra debilidad humana de similar carácter, hay que enfrentarlo resueltamente, sin ofensas, pero llamando las cosas por su nombre.
Nunca olvidar que el enemigo sigue al acecho, permanentemente dispuesto a aprovechar el menor descuido para hacernos daño, aunque haya quien se empeñe en ignorarlo.
No vamos a dejar de escuchar la opinión honesta de cada cual, que tan útil y necesaria resulta, por la algarabía que se arma, a veces bastante ridícula, cada vez que un ciudadano de nuestro país dice algo a lo que esos mismos promotores del espectáculo no harían el menor caso, si lo escucharan en otro lugar del planeta.
Sabemos que esos mensajes van dirigidos a engañar o al menos crear confusión, pero si alguien ha tenido la peregrina idea de asustarnos con ellos, le recuerdo que la principal razón de que sigamos aquí -y seguiremos estando-, es que nuestro pueblo y su Revolución han dado siempre el frente, sin la menor muestra de temor y enarbolando la verdad, a las agresiones de todo tipo de la mayor potencia militar y económica del mundo.
Infinidad de ejemplos pudieran citarse, basta mencionar la inconmovible dignidad de nuestros cinco héroes, frente a cada intento de doblegarlos durante una década de injusto encarcelamiento.
Aprovecho la ocasión para agradecer, en nombre de nuestro pueblo, las incontables expresiones de solidaridad, respeto, cariño, aliento y legítima preocupación para con el líder de la Revolución que emitieron jefes de Estado y de Gobierno, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, destacados intelectuales y simples ciudadanos de todos los confines del mundo tras la publicación de su Mensaje el pasado martes. No fallaremos jamás a la confianza que ellos depositan en nosotros.
Al propio tiempo, hemos tomado debida nota de las declaraciones ofensivas y abiertamente injerencistas del imperio y algunos de sus más cercanos aliados.
Como era de esperar, el Departamento de Estado se apresuró a anunciar la continuación del bloqueo en correspondencia con la política de la actual administración.
Otros, con matices, se empeñan en condicionar las relaciones con Cuba a un proceso de “transición” dirigido a destruir la obra de tantos años de lucha.
¡Qué poco conocen a nuestro pueblo, tan orgulloso de su plena independencia y soberanía!
La Revolución es obra de mujeres y hombres libres y ha estado permanentemente abierta al debate, pero nunca ha cedido un ápice ante las presiones ni se ha dejado influir por ellas, ni por las grandes ni por las pequeñas.
Solo añadiré que las Reflexiones de Fidel, publicadas el viernes, son una magistral respuesta a todas ellas.
En relación con las dificultades que el país enfrenta en el plano interno, la determinación de las prioridades y el ritmo de su solución partirá invariablemente de los recursos disponibles y del análisis profundo, racional y colegiado, por los órganos competentes del Partido, el Estado o el Gobierno, y en los casos que sea necesario, previa consulta directa a los ciudadanos que corresponda de cualquier sector de la sociedad e incluso a todo el pueblo, si fuera un asunto de gran trascendencia.
Existen cuestiones cuyo estudio requiere tiempo, ya que un error motivado por la improvisación, la superficialidad o el apresuramiento, tendría consecuencias negativas considerables. Hay que planificar bien, pues no podemos gastar más de lo que tenemos, después organizar y trabajar con orden y disciplina, que son fundamentales.
Al abordar estos asuntos es preciso tener siempre presente la profunda convicción de Fidel, reiterada en su Mensaje del 18 de febrero, de que los problemas actuales de la sociedad cubana requieren más variantes de respuestas para cada problema concreto que las contenidas en un tablero de ajedrez. Que ni un solo detalle se puede ignorar, y no se trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria ha de prevalecer sobre sus instintos.
Insisto en la importancia de la disciplina. Todos tenemos que ser exigentes y respaldar a quienes lo son. Si es necesario, ayudarlos a mejorar sus métodos y apoyarlos resueltamente ante el colectivo.
Entiéndase que no hablo de extremismos ni de aceptar abusos de autoridad o injusticias, sino de que todos hagamos correctamente la parte que nos corresponde en el fortalecimiento de la disciplina y el orden social. De lo contrario, las consecuencias las paga nuestro pueblo.
Es verdad que hay limitaciones objetivas –las conocemos bien y sufrimos diariamente tratando de resolverlas cuanto antes. Somos conscientes de los enormes esfuerzos que requiere fortalecer la economía, premisa imprescindible para avanzar en cualquier otro ámbito de la sociedad, frente a la verdadera guerra que libra el gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país.
La intención es la misma desde el triunfo de la Revolución: hacer sufrir todo lo posible a nuestro pueblo hasta que desista de la decisión de ser libre.
Es una realidad que lejos de amilanarnos debe seguir haciendo crecer nuestra fuerza. En lugar de utilizarla como excusa ante los errores, debe ser acicate para producir más y brindar mejor servicio, para esforzarnos por encontrar los mecanismos y vías que permitan eliminar cualquier traba al desarrollo de las fuerzas productivas y explotar las importantes potencialidades que representan el ahorro y la correcta organización del trabajo.
Nuestra historia enseña, desde las guerras de independencia hasta el presente, que mientras mayores sean las dificultades, más exigencia, disciplina y unidad se requieren. El desorden, la impunidad y la falta de cohesión han estado siempre entre los peores enemigos de un pueblo que lucha.
Reitero que el país tendrá como prioridad satisfacer las necesidades básicas de la población, tanto materiales como espirituales, partiendo del fortalecimiento sostenido de la economía nacional y de su base productiva, sin lo cual, repito una vez más, sería imposible el desarrollo.
Un ejemplo es la propuesta de medidas dirigidas a incrementar las producciones agropecuarias y perfeccionar su comercialización, las cuales se han analizado, provincia por provincia, con una amplia representación de los encargados de llevarlas a la práctica, incluidos los propios productores.
Así se continuará haciendo en cada asunto de importancia cardinal para el país.
Estamos examinando, por ejemplo, todo lo relacionado con la implementación oportuna de las ideas del compañero Fidel sobre la “progresiva, gradual y prudente reevaluación del peso cubano” -son los términos exactos que empleó en marzo del 2005-. Al propio tiempo, profundizamos en el fenómeno de la doble moneda en la economía.
Estas cuestiones son realmente sensibles y complejas, cuando, como es nuestro caso, existe la firme voluntad de proteger e ir incrementando de modo paulatino los ingresos y ahorros de la población, en especial de quienes reciben menos.
Para evitar efectos traumáticos e incongruencias, cualquier cambio referido a la moneda debe hacerse con un enfoque integral en el que se tengan en cuenta, entre otros factores, el sistema salarial, los precios minoristas, las gratuidades y los millonarios subsidios que actualmente suponen numerosos servicios y productos distribuidos de una forma igualitaria, como los de la libreta de abastecimiento, que en las actuales condiciones de nuestra economía resultan irracionales e insostenibles.
Constituye hoy un objetivo estratégico avanzar de manera coherente, sólida y bien pensada, hasta lograr que el salario recupere su papel y el nivel de vida de cada cual esté en relación directa con los ingresos que recibe legalmente, es decir, con la importancia y cantidad del trabajo que aporte a la sociedad.
Como nos dijo Fidel en su Reflexión del 16 de enero: “Tampoco debe regalarse nada a los que pueden producir y no producen o producen poco. Prémiese el mérito de los que trabajan con sus manos o su inteligencia”, sentenció.
Se estudian simultáneamente otros temas siguiendo una prioridad y el ritmo de avance dependerá de la complejidad y los recursos.
Tenemos lo fundamental para encontrar las mejores soluciones al alcance de las posibilidades materiales y las capacidades organizativas, que deben irse incrementando: un pueblo instruido, de elevada cultura política y firmemente unido bajo los principios que resumió el compañero Fidel en su reflexión del 24 de enero, cuando dijo:
“Unidad significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias, a los que se llega mediante debates y análisis. Unidad significa la lucha común contra anexionistas, vendepatrias y corruptos que no tienen nada que ver con un militante revolucionario”, fin de la cita.
Insisto en lo expresado aquí durante la anterior sesión de esta Asamblea: para que las enormes posibilidades de esa unidad se conviertan en resultados tangibles, es imprescindible que todos los organismos y organizaciones trabajen con la necesaria integración.
La institucionalidad, repito el término: la institucionalidad, es importante sustento de ese decisivo propósito y uno de los pilares de la invulnerabilidad de la Revolución en el terreno político, por lo que debemos trabajar en su constante perfeccionamiento. No creernos nunca que lo que hemos hecho es perfecto.
Nuestra democracia es participativa como pocas, pero debemos estar conscientes de que el funcionamiento de las instituciones del Estado y del Gobierno aún no alcanza el nivel de efectividad que nuestro pueblo exige con todo derecho. Es un tema en que debemos pensar todos.
En diciembre hablé del exceso de prohibiciones y regulaciones, y en las próximas semanas comenzaremos a eliminar las más sencillas. Muchas de ellas tuvieron como único objetivo evitar el surgimiento de nuevas desigualdades, en un momento de escasez generalizada, incluso a costa de dejar de percibir ciertos ingresos.
La supresión de otras regulaciones, aunque a algunos pueda parecer sencillo, tomará más tiempo debido a que requieren un estudio integral y cambios en determinadas normativas jurídicas, además de que influyen en algunas de ellas las medidas establecidas contra nuestro país por las sucesivas administraciones norteamericanas.
Pasando a otro tema, también está la tendencia a aplicar la misma receta en todas partes. Como resultado de ello y quizás su peor consecuencia, muchos piensan que cada problema exige medidas de alcance nacional para resolverse.
La iniciativa local es efectiva y viable en muchas cuestiones, así lo ha demostrado la distribución directa de la leche, como expliqué el pasado 26 de julio. Ya la experiencia abarca a 64 municipios de 13 provincias del país, 40 de ellos totalmente cubiertos. En los restantes y en la propia industria láctea también se avanza.
Además de garantizar con puntualidad y calidad este esencial producto, que es el objetivo fundamental, en los últimos meses del pasado año este programa permitió ahorrar más de 6 mil toneladas de leche en polvo cuya adquisición hubiera excedido los 30 millones de dólares, considerando el precio promedio en el período de 5 mil cincuenta dólares la tonelada.
Adicionalmente se redujeron gastos en divisas por un valor de 2,6 millones, incluidos en esta cifra unos 600 mil litros de combustible.
Y pudieran citarse otros casos de diversos sectores, por lo que hay que continuar pensando en soluciones similares en todos los niveles de la administración.
Compañeras y compañeros:
Un día como hoy, en 1895, al llamado de Martí, los Pinos Viejos y Nuevos reiniciaron la lucha por la independencia, frustrada por la intervención militar de los Estados Unidos. Medio siglo después logramos unirnos nuevamente y presentar combate al mismo enemigo de siempre.
No fue casual que se escogiera esta fecha, hace 50 años, para la primera transmisión de Radio Rebelde en la Sierra Maestra, ni que fuera el día en que proclamamos nuestra Constitución socialista en 1976.
En este aniversario 113 del inicio de la Guerra Necesaria, son realmente muchos y difíciles los retos. Ante ellos, tengamos presente lo expresado por Fidel en su Reflexión publicada el pasado 10 de diciembre, cuando nos alertó:
“El rostro ceñudo de Martí y la mirada fulminante de Maceo señalan a cada cubano el duro camino del deber y no de qué lado se vive mejor”.
Muchas gracias.
La Habana, 25 de Febrero de 2008
Tres propuestas de Raúl
Intervención del compañero Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la Sesión Constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuada en el Palacio de las Convenciones, el 24 de febrero de 2008, "Año 50 de la Revolución".
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Compañeras y compañeros diputados:
El pequeño incidente de la página perdida me convino para poder terminar de escribir estas breves notas —eso es en ayuda de María Esther (Risas y aplausos)— que, como es natural, no han sido improvisadas en este momento y han sido profundamente meditadas y colegiadas en los lugares correspondientes.
Después de lo expresado por el presidente de la Asamblea, compañero Alarcón, en referencia al Artículo 75 de la Constitución, inciso ll), sobre la responsabilidad de la Asamblea en sus atribuciones, de designar, a propuesta del Presidente del Consejo de Estado al primer vicepresidente, a los vicepresidentes y demás miembros del Consejo de Ministros, haciendo uso, por lo tanto, del Artículo 93 sobre las atribuciones del Presidente del Consejo de Estado y Jefe de Gobierno, entre las que se encuentran el inciso d), leo: "Proponer a la Asamblea Nacional del Poder Popular, una vez elegidos por esta, los miembros del Consejo de Ministros." Sobre este aspecto haré tres proposiciones, que previamente fueron colegiadas con el Buró Político y el Secretariado del Comité Central, incluyendo la opinión del compañero Fidel.
La primera de estas proposiciones, que es muy importante, es en cuanto a lo expresado en el artículo que acabo de leer, respecto a la presentación del gobierno ante esta Asamblea Nacional del Poder Popular.
Los compañeros anteriormente mencionados y yo, consideramos que este paso no debe constituir un simple acto formal de nombramiento o ratificación de uno u otro compañero en estos precisos momentos. Pensamos que lo más importante es disponer de más tiempo para estudiar, con profundidad, no solo los compañeros que compongan el gobierno, su trabajo, sus resultados, etcétera, sino lo más importante: que podamos disponer de tiempo para estudiar con profundidad la actual estructura y funciones de los organismos de la Administración Central del Estado y, una vez concluidos, hacer la propuesta o presentación del nuevo gobierno y los demás cambios que se decidan sobre estructuras y funcionamiento, etcétera, en otra sesión de la Asamblea en el transcurso del presente año. Ni siquiera en julio, pedimos el año completo para estudiar con profundidad estos aspectos, y en una asamblea ordinaria, cabe que sea la de fin de año, o en una extraordinaria, si es necesario citarla, tratemos con más profundidad este tema. Es la aprobación del gobierno de la república.
A este tema me referiré más ampliamente en la clausura de esta solemne sesión dentro de unos minutos.
No obstante esta primera proposición, es necesario hacer dos excepciones: la primera es que debo abandonar inmediatamente el cargo de Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que he desempeñado desde el mes de octubre de 1959. Desde luego, me considero con el derecho de ponerme de vez en cuando mi uniforme, como lo tiene mi amigo Juancito, Guillermo, Ramiro y demás compañeros de las Fuerzas Armadas; y también tengo, por razones del cargo por el cual ustedes me acaban de elegir, la máxima responsabilidad en las cuestiones de la defensa del país. Y para ese cargo, los mismos compañeros anteriormente mencionados, que fueron partícipes de la primera proposición que acabo de hacerles, proponemos al General de Cuerpo de Ejército Viceministro Primero del MINFAR, Julio Casas Regueiro (Aplausos).
Se ve que ustedes lo conocen, vieron su biografía:
Fue fundador del Segundo Frente Oriental "Frank País".
En 1959, fundador, junto con otros compañeros de la Columna 6 de ese frente, de la Policía Nacional Revolucionaria. Con dicha institución participó en los combates de Playa Girón.
Pasó a las FAR, donde ocupó diferentes y ascendentes responsabilidades: fue sustituto, entre otros, del Ministro para la actividad económica y logística, en la cual trabajó brillantemente; jefe en una etapa de la Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea Revolucionaria, cuando teníamos un vacío y no había a quien poner, y trabajó igualmente bien en ese complicado tipo de fuerzas armadas; jefe de un ejército, del Ejército Oriental; viceministro primero cuando existían tres viceministros primeros —hoy existe uno solo y es suficiente.
Cumplió misión combativa en la República de Etiopía en África.
Fue elegido miembro del Buró Político en el IV y V Congresos del Partido; diputado desde 1981, y miembro del Comité Central y del Consejo de Estado desde 1998.
General de Cuerpo de Ejército, como dijimos, desde el 2001, y en ese mismo año se le confirió el título honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón.
Yo, que he criticado a casi todos los generales de las Fuerzas Armadas, y en las reuniones también me he criticado yo, no recuerdo haberle hecho durante estos últimos 50 años ninguna crítica de consideración al compañero Julio Casas (Aplausos), salvo la de —como decimos los cubanos— ser muy tacaño (Risas); pero de ahí se derivan sus éxitos en el frente económico, entre otras actividades, en el Ministerio de las Fuerzas Armadas.
Es contador, fue bancario en Santiago de Cuba antes de alzarse, tiene alguna experiencia, y una de sus grandes virtudes ha sido la fama que tiene entre todos los generales de un sentido práctico del ahorro, a tal extremo que por ahí existe una orden mía, firmada y legalizada, donde es al único que yo le daba facultades para vetar por una vez mis decisiones económicas, sobre todo en los primeros tiempos de él ocupar esta última responsabilidad.
Eso mucha gente no lo creía, y es que, como suele suceder en los recorridos por ahí, después del período especial sobre todo, los jefes de ejércitos y otros jefes de grandes unidades, como suelen hacer los subordinados, ver el momento de alegría o de satisfacción, el estado de ánimo del jefe, aprovechaban un instante, se acercaban a uno y me decían: "Jefe, Ministro, por el período especial se me quedó tal obra parada, o tengo tal y cual problema, etcétera", y yo ordenaba a un ayudante: "Anota eso ahí para resolverlo." Después resultaba que cuando daba la orden, le llegaba a Julio Casas, él muchas veces me venía a ver y decía: "Ministro, problemas como este tenemos 17 en el resto del país y algunos más importantes, ¿a quién le quitamos el dinero para dárselo a esta solicitud suya?" Y es así cómo le di el derecho. Llegué a la conclusión, está escrito y circulado a los jefes correspondientes, de que tenía derecho a vetar cualquier decisión mía que estuviera fuera del plan. Y por eso muchos jefes, algunos de los cuales veo sus rostros sonrientes aquí, comentaban, entre ellos, que había que hacer una campaña para echar abajo el veto (Risas), cosa que no lograron, se acostumbraron, yo me quité bastantes presiones de encima y después se las pasé a él, que dice: "Sí o no", dentro de los marcos establecidos de sus facultades.
Creo que no hace falta decir más nada de él, solo que está bien experimentado. Baste decir que desde la Proclama del Comandante en Jefe el 31 de julio de 2006, hace 18 meses, aproximadamente, desde entonces él tiene el peso principal del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Eso es todo.
Si ustedes están de acuerdo, el Consejo de Estado incluido, procederemos a firmar los documentos correspondientes. Pero yo prefiero que en vez de votar por este caso, sea el Presidente de la Asamblea el que decida cómo hacerlo, pero pido primero que me dejen hablar.
El segundo tema o segunda excepción que consideramos que debemos hacer a la principal proposición, que fue la primera que les expresé, es el nombramiento del Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.
Como ustedes saben, los cargos de Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, que hasta ahora yo los representaba, se ha decidido, por razones obvias, y muy esencialmente en las condiciones en que se encuentra nuestro país y se ha encontrado durante casi medio siglo, garantizar en la cúspide del poder la unidad —me refiero a la unidad ejecutiva, no a la unidad política, que sabemos es magnífica—; frente a cualquier eventualidad, en uno de sus máximos dirigentes, de accidentes, atentados, o lo que sea, que se mantenga esa continuidad sin interrupción de ningún tipo. Y, por lo tanto, proponemos que el actual Primer Vicepresidente del Consejo de Estado sea a su vez el Vicepresidente del Consejo de Ministros, y ese, como ya se sabe, no es otro que el compañero José Ramón Machado Ventura (Aplausos).
Machado tampoco necesita presentación, pero no todos conocen a plenitud su vida, su historia, aunque ustedes vieron un resumen que leyeron en la mañana de hoy.
A Machado lo conocí también hace más de 50 años en la Sierra Maestra, los dos pertenecíamos a la Columna 1 del Comandante en Jefe; médico de profesión. Cruzamos juntos para abrir el Segundo Frente y van a cumplirse en estos días 50 años, el 11 de marzo llegamos, y el día 27 se cumplirán 50 años de que nos ascendieran a Comandante a Almeida y a mí, y como comentamos a veces: "¡Qué trabajo nos costó llegar a Comandante y cuántos años!"
En el Segundo Frente, Machado era jefe de los servicios médicos, fue médico y combatiente; combatiente y herido, hay quien es herido de casualidad porque una bala perdida le dio en la retaguardia, o una bomba de aviación... En la última ofensiva de Batista, en el frente de Guantánamo curaba a los heridos en el borde delantero; enviaba a los heridos hacia la retaguardia, les quitaba el fusil y se pegaba a tirar tiros, lo hirieron y le prohibí que continuara haciendo esas actividades fuera de su función principal que era la de cuidar a los heridos, curarlos y sobre todo atender a la población que residía en los numerosos hospitales que hizo en campaña, algunos hasta con rayos X, a pesar de que en los lugares en que nos encontrábamos prácticamente la mayoría de la población nunca había visto personalmente a un médico.
Después del triunfo fue Ministro de Salud Pública, y como yo dije en el Buró Político —con perdón de los que fueron o del que está, que es el propio Balaguer—, según mi opinión, la de Fidel y la de muchos otros compañeros, fue el mejor Ministro de Salud Pública que ha tenido este país (Aplausos). Ahí estuvo siete años, de 1960 a 1967.
En 1968 había una situación muy complicada en Matanzas, el Partido estaba muy débil, como decíamos en aquella ocasión vulgarmente, era un ripio de Partido, y Fidel le dijo: "Deja este ministerio y vete para allá", porque ya se empezaba a preparar la zafra de 1970. Fue para allá, y bajo su dirección la provincia de Matanzas fue la única que cumplió su plan de zafra, un millón de toneladas de azúcar; eran seis provincias en aquel momento, le sobró caña que tuvo que mandar para Villa Clara y para la provincia de La Habana, que era una sola. Incluso recuerdo la consigna que tenía la población matancera: "¡Matanzas un millón, Henequeneros campeón!", que era el nombre que tenía entonces el equipo de pelota de dicha provincia. Cumplieron las dos.
Creo que estando Lazo por allá, en una o dos ocasiones posteriormente, llegaron al millón. Eso fue por la caña que te dejó Machado sembrada ahí seguro (Risas). Eran otros tiempos.
Allí estuvo nuestro amigo Machado, y en 1971 se nos presentó la misma situación con el Partido en la provincia de La Habana, que era las dos provincias actuales. Si vista por separado cada una es bastante difícil, una porque es la capital, con sus características; otra, porque es una de las que tiene más municipios, 19 municipios, imagínense las dos juntas, y Fidel le pidió que viniera a ocuparse del Partido, que tenía una situación similar a la de Matanzas. Yo llegué a pensar, y se lo comenté un día: "Oye, Machado, tú eres un remendador de partidos o de comités provinciales." Pero hizo bien esas dos tareas.
Es miembro del Buró Político desde el Primer Congreso y organizador del Partido desde 1974. Diputado y miembro del Consejo de Estado desde la primera legislatura.
Como lo conocen la mayoría de ustedes, es exigente, ¡es muy exigente! A fuer de sincero a veces le he dicho personalmente que exige no con los mejores métodos, a veces. Pero es exigente como solía —sin pretender ni mucho menos compararlo— exigir el Che, que empiezan por exigirse a ellos mismos más que lo que les exigen a los demás (Aplausos).
Y a la exigencia también le tengo dedicado un pequeño párrafo en mis próximas palabras, en esta sesión.
Yo he concluido, compañero Presidente.
22-02-08
FRENTE REGIONAL DE DEFENSA Y DESARROLLO DE LA LIBERTAD-FREDELL
Integrado por: CGTP – CITE – SUTEP - RONDAS CAMPESINAS – FRENTES DE DEFENSA DISTRITALES Y PROVINCIALES, FEDERACION DE ESTUDIANTES DEL PERU (FEP). ORGANIZACIONES DE BASE, PARTIDO NACIONALISTA, MOVIMIENTO NUEVA IZQUIERDA, PARTIDO COMUNISTA PERUANO, MOVIMIENTO PUEBLO UNIDO.
Frente a las declaraciones del Presidente de la República sobre las consecuencias del Paro agrario, el Frente de Defensa y Desarrollo de La Libertad (Fredell) emite el siguiente pronunciamiento.
GOBIERNO ES CULPABLE DE MUERTES EN PARO AGRARIO
PRESIDENTE AVALÓ USO DE LAS ARMAS CONTRA MANIFESTANTES1. El Frente Regional de Defensa y Desarrollo de La Libertad (Fredell) expresa su enérgico rechazo a las declaraciones del Presidente de la República sobre las consecuencias del paro agrario. El culpable de las muertes es el gobierno por autorizar el uso de las armas y por su negativa a solucionar los graves problemas del sector agrario. Los culpables de la violencia no son los dirigentes que convocaron al paro, porque las reclamaciones son justas. La toma de carreteras y las movilizaciones, son las consecuencias y no la causa de los problemas. La causa fundamental es la incapacidad y la indiferencia del gobierno para atender los reclamos de los agricultores. El gobierno no debe lavarse las manos y cargar la responsabilidad a los dirigentes agrarios; el gobierno tiene que asumir su responsabilidad. ¡Esa es nuestra exigencia! ¡EXIGIMOS LA RENUNCIA DEL MINISTRO DEL INTERIOR! ¡RECHAZAMOS LA REPRESIÓN GUBERNAMENTAL!
2. El gobierno es doblemente responsable, porque el paro agrario fue anunciado hace un mes mediante comunicado en los diarios nacionales, publicado el 20 de enero de este año, por la Junta Nacional de Usuarios de los Distritos de Riego del Perú. En ese documento plantearon su plataforma de lucha, que sintetiza sus principales reclamos. Tras esa publicación, el gobierno no hizo nada y esperaron que llegara el lunes 18 para después vociferar y eludir su responsabilidad. El gobierno no tiene interés en solucionar los problemas del agro mayoritario del país, porque su compromiso sólo es con los agroexportadores, que representan solo al 3% de los productores.
El Fredell advierte que sin una significación social de la agricultura, no se solucionará el problema de la pobreza en el país,
3. El Fredell condena la amenaza abierta que ha hecho el Presidente para quienes promuevan futuras acciones de lucha. El presidente ha dicho que todo el que convoque a movilizaciones será responsable de las muertes que ocurran. Rechazamos esta amenaza y advertimos que no nos amedrentarán, pues siempre estaremos de lado de las causas justas. Así como apoyamos a los maestros del SUTEP, también respaldamos a los agricultores, a los trabajadores mineros, trabajadores estatales, docentes universitarios, rondas campesinas, usuarios de servicios; es decir al pueblo en general. Estaremos en las calles junto al pueblo movilizado en defensa de sus legítimos derechos.
¡ABAJO EL ESTADO DE EMERGENCIA Y LA REPRESIÓN GUBERNAMENTAL!
¡INVESTIGACIÓN Y SANCIÓN A LOS CULPABLES DE LAS MUERTES!
¡DEROGATORIA DEL DECRETO LEGISLATIVO 982!
¡RENUNCIA DEL MINISTRO DEL INTERIOR!
¡SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DE LOS AGRICULTORES!
¡LIBERTAD A LOS DETENIDOS!
Trujillo, 21 de febrero del 2008
PABLO RAMOS CÁCERES OSCAR FELIPE VENTURA CARLOS ROSALES ASMAT
Presidente Sec. de Organización Sec. de Actas
LA IZQUIERDA Y LA EDUCACIÓN
Oscar Felipe Ventura
El marxismo cuenta con una concepción integral de la educación, que no se agota en las respuestas necesarias en el presente - tal por ejemplo, el Proyecto Educativo Nacional - ni en los límites que le impone el capitalismo. Me refiero a la concepción socialista de la educación que incorpora en un todo a la escuela única que integra trabajo e instrucción, instrucción y educación, capacidad de dirigir y de producir, pensamiento y acción, teoría y práctica. Los fundadores del marxismo demostraron que las fuentes de donde proceden las ideas sociales y las teorías no hay que buscarlas en las propias ideas y teorías, sino en las condiciones de la vida material de la sociedad (condiciones de existencia de hombres y mujeres). Ellos establecieron la condicionalidad de la conciencia social (ideas, teorías, opiniones) por la vida social, y ésta daba la posibilidad de esclarecer la naturaleza social de la educación y su carácter histórico de clase.
En la Izquierda tenemos una concepción integral de la educación. Los fundadores del socialismo científico así la concibieron. Engels concebía la educación como derecho “de todos los niños del país… en establecimientos nacionales a cargo de la nación”, promoviendo “hombres íntegros, cuyas capacidades estén cultivadas en todos los aspectos” (“Principios de Comunismo”). En el Manifiesto Comunista (1848) se proclama “la educación pública y gratuita”, la “abolición del trabajo de los niños en las fábricas” y un “régimen de educación combinado con la producción material”. Marx planteaba la necesidad de combinar a partir de cierta edad, “el trabajo productivo con la enseñanza y la gimnasia, no sólo como método para intensificar la producción social, sino también como el único método que permite producir hombres plenamente desarrollados” (El Capital, cap. XIII.). En otros términos, para que la educación sea plena, debe dejar atrás la división del trabajo que separa el trabajo físico del intelectual, cuya esencia consiste en la explotación capitalista y en la producción de plusvalía, entrando en contradicción la fuerza de trabajo, la situación social y la conciencia, pues la división del trabajo en las condiciones señaladas obstaculiza el desarrollo pleno del ser humano puesto que contrapone actividades espirituales y materiales, goce y trabajo, producción y consumo.
Mariátegui sostuvo que “el problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido al no ser considerado como un problema económico y como un problema social. El error de muchos reformadores ha residido en su método abstractamente idealista, en su doctrina exclusivamente pedagógica…” Planteó también que “No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar la economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política”. ¿Ideas arcaicas?. Todo lo contrario. No es posible afrontar aisladamente el estudio de las bases, los métodos y los fines de la educación, sin coordinarlos con la estructura general de la sociedad. Y de allí la permanente y vital actualidad de cuanto atañe al desenvolvimiento y la correlación de sus factores.